Colillas, chicles pegados, papeles, plásticos y las papeleras y contenedores llenos y con restos de suciedad pegada. Esta es la estampa de una ciudad que presume de ser turística y de superar récord de ocupación hotelera cada trimestre de este año. Pero el recuerdo que se llevan los turistas y visitantes no es muy bueno. La misma impresión que tienen los alicantinos. 

Para tratarse de una Ciudad turística, la limpieza de Alicante deja mucho que desear. Los vecinos se quejan de falta de limpieza y de comportamientos incívicos de los que todo lo tiran al suelo y no utilizan las palepeleras.

El alcalde de Alicante, Gabriel Echávarri, y concejal de limpieza,Víctor Domínguez, han celebrado una reunión con representantes vecinales de los distritos afectados, asociaciones de comerciantes y empresarios de hostelería para buscar soluciones para la limpieza. El consistorio paga 14 millones de euros al año en la contrata de limpieza, però parece que esto no es suficiente, o al menos no està gestionado de la manera que debiera.