Las primeras piezas de las Fallas ya están en las calles de Valencia
El bando de Fallas de Valencia dice que las piezas de los monumentos se pueden sacar a la calle a partir del día 4 de marzo, y esto es lo que ha pasado en la ciudad del Túria. En la falla Plaza del Pilar ya tienen ganas de fiesta y, sobre todo, de recuperar el trono fallero perdido la pasada edición y las primeras piezas del monumento ‘Que li tallen el cap’, del artista Paco Torres, llegaron ayer a la plaza, bajo la atenta mirada de falleros y curiosos por igual.
Este año se plantan 770 monumentos falleros en Valencia, con un coste de 6,97 millones de euros
Tanto falleros como vecinos y curiosos se acercaron ayer domingo a la plaza para ver las primeras piezas del monumento. Y es que Valencia ayer ya hervía de actividad. Miles de personas se lanzaron a pasear por las calles de la ciudad, donde la fiesta ya se deja entrever en la iluminación o las casetas de comida que están ubicadas en casi todas las calles de la ciudad.
El fuego devorará este año casi 7 millones de euros en las Fallas de València
Los 6,97 millones de euros invertidos este año en los más de 770 monumentos que en unos días desplegarán por toda València su sátira combustible y su arte efímero esperan su inexorable cita con el fuego de San José, en las que van a ser las primeras Fallas como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
València vive inmersa en el ambiente prefallero, con el estruendo diario de las mascletaes y una actividad frenética en los talleres, donde los artistas afinan sus pinceles para ultimar cada detalles de los monumentos en los que vuelcan toda su creatividad y con los que alimentarán el fuego purificador en la Nit de la Cremà.
Mientras llega ese 19 de marzo, con el que se anuncia la llegada de la primavera, la ciudad toma impulso para adentrarse en la vorágine que traen las Fallas, envueltas en un ambiente festivo callejero y al que suele respetar el tiempo soleado primaveral.
La tiranía fallera traducida en cortes de cientos de calles, caos de tráfico y verbenas hasta horas intempestivas se compensa por la amalgama que forman los colores de los monumentos, el olor de los churros y buñuelos con chocolate, el sonido de los espectáculos pirotécnicos y las emociones de cada acto de Fallas.
Las de 2017 serán las primeras sin Rita Barberá, fallecida el pasado noviembre y que, aunque ya vivió en segundo plano sin ser alcaldesa el año pasado, siempre quedará ligada a la memoria colectiva del mundo fallero, con sus saltos en el balcón, su discurso del “caloret”, tirando petardos o retratada en innumerables ninots.
Con la llegada de Joan Ribó al frente del Ayuntamiento, las Fallas de 2016 abrieron el balcón a los vecinos y este año sigue la iniciativa aunque se dobla a veinte el número de los que, por sorteo, podrá acceder cada día a ver la mascletà desde uno de los principales iconos de las fiestas josefinas (380 en total).
Además, este año se sumarán otros 114 vecinos, ya que los tres concejales de València en Comú han renunciado a sus dos invitados diarios para dar la opción a los valencianos.
Las Fallas, como cada año, empezaron a tomar forma con la inauguración el 4 de febrero de la Exposición del Ninot, de nuevo en la Ciudad de las Artes y las Ciencias, donde se concentra la sátira más afinada de los artistas contra políticos, deportistas y famosos, en busca de un indulto del fuego y que hasta el domingo de la Crida, el último de febrero, ya habían visitado más de 41.000 personas.
Precisamente la Crida es el siguiente acto fallero, en el que, desde el histórico escenario de las Torres de Serranos, se dio el inicio oficial a las primeras Fallas con el sello de la Unesco y en la que por primera vez los discursos estaban subtitulados para personas sordas.
Es el preludio de una fiesta que traerá un millón de visitantes durante los cinco día grandes, del 15 al 19 de marzo, especialmente por su coincidencia con fin de semana, y en la que los primeros días de la plantà se viven con la expectación e ilusión de ver qué monumento se corona como la mejor falla del año.
Tras esos días se suceden los dos de la Ofrenda, uno de los actos más emotivos de las Fallas que llevan a más de 105.000 falleras, falleros y músicos a desfilar por las calles de la ciudad hasta los pies de la patrona, la Virgen de los Desamparados, para ofrecerle los ramos de flores con los que diseñar su gran manto.
En las Fallas también tienen su espacio las corridas de toros, los concursos literarios, las cabalgatas o las actividades propias de cada comisión, así como la espectacularidad de unas iluminaciones que también concursan por ser la mejor, en un ambiente festivo que se vive en plena calle.
La comisiones falleras de València y su área metropolitana han invertido este año en los monumentos 6,97 millones de euros, un incremento de algo más de 57.000 euros respecto al año anterior, de los que más de 5,32 millones corresponden a las fallas “grandes” -el año pasado fueron 5,54- y casi 1,65 a las infantiles -1,57 en 2016-.
Pero no son las única cifras que se manejan en Fallas; hay 700 tramos de calles cortadas, 238 carpas y casales, 345 zonas de fuegos de artificio solicitadas, unos 300 váteres móviles y, de momento, 73 puestos de churros y buñuelos autorizados, el mejor remedio tras largas caminatas y fiesta ininterrumpida. EFE
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